domingo, 3 de agosto de 2008

La pareja y sus hijos, matados con la misma saña

Los cuerpos de Agustín y Milagros aparecieron amordazados, golpeados y atados a una piedra. En la foto, el principal sospechoso.

Venganza. Ese fue el móvil de los brutales asesinatos de Campana. “Bronca personal”, admitió Cristian Fernández ante la policía, detenido ayer en Morón. El hijo del principal acusado por el asesinato de Campana dijo mucho más: por ejemplo, que su padre Ángel evadía los sistemas de control domiciliario como quería y que salía a hacer su vida sin que la policía ni el Servicio Penitenciario lo detectaran. Cristian fue más lejos en su confesión: “Sí, están muertos, los chicos están muertos”

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