domingo, 17 de agosto de 2008

Maltrato animal

Partido de fútbol-vaca
En Lécera, los mozos borrachos incitan al animal para que siga a un neumático o a un balón.

Ojos azabaches. Más mascota que toro. Y la sensación de encontrarnos con la protagonista de una serie infantil. Por su cuerpo, sin la fuerza que caracteriza a los bravos de su especie, la pequeña vaquilla enternece. En otro contexto, incitaría al abrazo. Pero en este ruedo etílico/adrenalínico, su dulzura no le libra de recibir el impacto de un neumático de tractor en la cabeza.

En Lécera (Zaragoza), en fiestas, cuando acaba la disco móvil, empieza la otra diversión. "Es todo loco, la gente va muy borracha", admite Elena, de la Comisión de Fiestas. Son vacas muy pequeñas porque con ellas se debe correr ebrio, jugar al fútbol-vaca (modalidad en la que los mozos incitan al animal para que los siga tras unos neumáticos; en otros pueblos, el partido es con un balón), o a la vaca-canasta (consiste en que introduzca la cabeza en una canasta de mimbre).

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