domingo, 10 de agosto de 2008

Tras el último rinoceronte blanco

MALÉN AZNÁREZ 10/08/2008

Sus cuernos son míticos. Fueron miles. Hoy sólo quedan cinco ejemplares de rinoceronte blanco norteafricano en libertad. Todos en el parque nacional de Garamba, patrimonio de la humanidad, que dirige el español Luis Arranz. Si no aparecen pronto, se les declarará extinguidos. ‘El País Semanal’ participó en su búsqueda.

Todos los días, nada más caer la noche, un elefante se desliza silencioso hasta el centro de la plaza arbolada de la estación de Nagero, en el parque nacional de Garamba, rodeada de decadentes y herrumbrosos edificios coloniales, y durante una media hora engulle goloso los mangos caídos al suelo. Tras el banquete desaparece tan sigiloso y tranquilo como había llegado, ajeno a cualquier tipo de miradas o proximidades. Se vuelve a la sabana. La enorme silueta del elefante, atisbada en la penumbra entre los árboles, es para el visitante una especie de ensueño cinematográfico. Como los hipopótamos que poco después resoplan cerca de las tiendas de campaña y el rugir de los leones que retumba hasta el alba.

  • Leer la nota completa
  • No hay comentarios: