El Malevo Ferreyra terminó siendo un pobre infeliz sobreadaptado. Un falso titán que jugó sucio porque sus superiores se lo mandaban. Un esforzado cadete que hizo los trámites que le pedían. Matar a éste, matar a aquél. “La policía tiene que adaptarse a cualquier tipo de gobierno y somos nosotros los que tenemos que pagar las consecuencias”, dijo mientras su sobreadaptación se dirigía a Crónica TV, y estaba a punto de ofrecerse en un sacrificio sádico de dimensiones notables, toda vez que ahora hay que cuidarse de la espantosa visión del “documento histórico”, esto es: su éxtasis, agonía y muerte.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Putos y malevos
Por Sandra Russo
El Malevo Ferreyra terminó siendo un pobre infeliz sobreadaptado. Un falso titán que jugó sucio porque sus superiores se lo mandaban. Un esforzado cadete que hizo los trámites que le pedían. Matar a éste, matar a aquél. “La policía tiene que adaptarse a cualquier tipo de gobierno y somos nosotros los que tenemos que pagar las consecuencias”, dijo mientras su sobreadaptación se dirigía a Crónica TV, y estaba a punto de ofrecerse en un sacrificio sádico de dimensiones notables, toda vez que ahora hay que cuidarse de la espantosa visión del “documento histórico”, esto es: su éxtasis, agonía y muerte.
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El Malevo Ferreyra terminó siendo un pobre infeliz sobreadaptado. Un falso titán que jugó sucio porque sus superiores se lo mandaban. Un esforzado cadete que hizo los trámites que le pedían. Matar a éste, matar a aquél. “La policía tiene que adaptarse a cualquier tipo de gobierno y somos nosotros los que tenemos que pagar las consecuencias”, dijo mientras su sobreadaptación se dirigía a Crónica TV, y estaba a punto de ofrecerse en un sacrificio sádico de dimensiones notables, toda vez que ahora hay que cuidarse de la espantosa visión del “documento histórico”, esto es: su éxtasis, agonía y muerte.
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