Por Mariana Carbajal
“Invertir en mujeres es una estrategia inteligente.” La frase –aunque sorprenda– no pertenece a una campaña feminista. Es el nuevo lema del Banco Mundial. El organismo de crédito está embarcado en difundir el impacto productivo de sumar mujeres al mundo empresario y promueve la creación de un sello de equidad de género, al estilo de las normas IRAM o ISO, para certificar a las compañías que lleven adelante políticas inclusivas, que favorezcan el desarrollo laboral del personal femenino. El corazón del proyecto apunta a que las compañías pongan en práctica políticas de recursos humanos que liberen de obstáculos a la promoción y el ascenso del personal femenino, que eliminen las brechas salariales entre damas y caballeros, que favorezcan la conciliación entre el trabajo y la familia tanto para ellas como para ellos también, de modo que desde la empresa se promueva la responsabilidad compartida en el cuidado de los hijos. Ya se implementó un certificado de equidad de género en México, Chile, Brasil y Costa Rica. En Argentina, el Inadi quiere crear una red de empresas contra la discriminación. “Esperamos que las compañías argentinas tenga la visión de que la responsabilidad social empresaria no se agota en el asistencialismo”, auguró la presidenta del Inadi, María José Lubertino.
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