sábado, 5 de julio de 2008

Un límite

Por Sandra Russo

El antikirchnerismo es una cosa; el golpismo es otra. Se puede ser antikirchnerista en democracia, se puede hacerle un lockout patronal salvaje a un gobierno kirchnerista, se puede desparramar recelo, sospecha e injurias sobre la figura presidencial democrática y popular sin mayor riesgo. Todo eso se puede y está a la vista. La supuesta tiranía de De Angeli no usó una sola bala de goma a lo largo de este conflicto ni tuvo en ningún medio electrónico importante ni la mitad, ni la tercera, ni la cuarta parte no de la difusión, sino de la más burda propaganda que tuvieron gratis las entidades agropecuarias. Pero las cosas transcurrieron como un show desnudista, en el que a muchos de sus participantes ya se les cayeron los pantalones y ahora exponen sus partes íntimas.

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