miércoles, 16 de abril de 2008

Cinco toneladas de Monterroso

La Universidad de Oviedo recibe el legado artístico-literario del escritor guatemalteco
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Oviedo - 16/04/2008

En 1975 un crítico literario preguntó a Augusto Monterroso qué sensación le producía ser considerado un humorista. La respuesta del escritor fue todo un autorretrato: "Agradable, no por lo de humorista, sino por el hecho de ser clasificado. Me encanta el orden". Lo que podría no ser más que una salida brillante del narrador guatemalteco cobra todo su sentido a la vista de la pulcritud con que conservaba y clasificaba sus papeles.

Es lo primero que se aprecia al contemplar una parte mínima de su oceánico legado repartida por la sala de togas del edificio histórico de la Universidad de Oviedo, convertida en improvisada cámara de selección. Todo el material ha sido espigado de entre las 14 enormes cajas de madera, unas cinco toneladas en total, que llegaron hace un mes desde México. Su viuda, la escritora mexicana Bárbara Jacobs, acaba de donar a la Universidad asturiana la biblioteca y el archivo personales de su marido y mañana inaugurará en ese mismo edificio una muestra destinada a presentar la donación. A falta de algunos originales, que se custodian en Princeton, en Asturias queda depositado todo lo que dejó al morir en 2003 el creador de El dinosaurio, un relato de siete palabras ("Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí") que su autor, con sorna, terminó considerando novela.

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