ISABEL FERRER - La Haya - 28/06/2008
La basura se ha convertido en un negocio para los países ricos. Para los pobres, supone una forma rápida de ganar dinero a base de reciclarla, o bien de acceder a materias primas de las que carecen. Esta impecable ecuación presenta un agujero cada vez más negro en Europa, donde el 15% del transporte de residuos, a veces con destinos tan lejanos como Asia y África, quebranta las normas comunitarias. En un 6% de los casos, los cargamentos son del todo ilegales. Ambas cifras figuran en el informe recién presentado al Parlamento holandés por el Ministerio de Medio Ambiente, cuyos inspectores han coordinado a sus colegas de 25 países europeos en la mayor campaña de revisión de desechos hecha hasta la fecha.
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