domingo, 1 de junio de 2008

Medios y democracia

La Fundación de García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano organizó en Madrid, en colaboración con la Corporación Andina de Fomento, la multinacional Cemex y la Fundación Carolina, un seminario sobre medios y democracia. Expusieron Rosental Alves, Jean-François Fogel, Gumersindo Lafuente, Germán Rey, Clóvis Rossi, Sergio Ramírez, Mónica González, Geraldinho Vieira, José Salgar, Hermenegildo Sábat y Horacio Verbitsky.

Por Horacio Verbitsky

Para el periodista brasileño Rosental Alves, pionero latinoamericano del periodismo para Internet con la edición on line del Jornal do Brasil, estamos viviendo una transformación sólo comparable a la de Gutenberg, que desencadenó el Renacimiento y la revolución industrial. Con la misma alegría con que desafina una canción de Chico Buarque para explicar por qué la Fundación Carolina lleva ese nombre, Rosental recorre el mundo con su exultante visión sobre el periodismo digital. A su lado, el francés Jean-François Fogel, quien asesoró en su transformación digital a Le Monde y ahora está trabajando con el New York Times, parece un sombrío racionalista, con su barba rala de juez argentino. Sin embargo, cree que el diario dejará de contar aquello que pasó ayer y que ya todo el mundo sabe, pero seguirá siendo el lugar de debate de una sociedad sobre sí misma. Ambos son miembros del Consejo Rector de la Fundación de Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI, para los enigmáticos amantes de las siglas) y compartieron un panel en la Casa América con el periodista español Gumersindo Lafuente, quien trabajó en la edición en papel de El País y dirigió la edición digital de El Mundo, que es como haber jugado en River y en Boca. Luego creó el sitio soitu.es, cuyo rigor periodístico y caudal publicitario lo hace engañosamente parecido a un diario. En Internet hay muchísima información falsa, pero el propio sistema la depura, “con nuestro oficio filtramos el rumor de la noticia”, dice. Por eso el periodista seguirá siendo importante para el funcionamiento de la democracia, aunque el papel de los medios en Internet “será nulo. La pregunta sigue siendo quién pagará el almuerzo”. Blanco como una ricotta, el binario cartesiano Fogel responde: “O se vende contenido a la audiencia o se vende la audiencia al anunciante. Igual que con la radio, cada nuevo oyente no aumenta los costos pero sí los ingresos”. Rosental se burla de quienes temen la desintermediación que Internet propicia. “En 1530 se decía lo mismo que ahora, que había miles de panfletos mentirosos, que sólo los monjes deberían estar autorizados a publicar. Estos son los dolores del parto de algo grandioso”.

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