PABLO LINDE - Madrid - 14/06/2008
Dos días más en Argentina y seguramente estaría como su hermana: desaparecida desde hace más de tres décadas. Ángela, de 51 años, decidió dejar su tierra cuando sólo tenía 20, tras unos meses de dictadura militar. Su hermana menor se quedó. Una tarde, 48 horas después de despedir a Ángela, se subió en un autobús, fue arrestada y jamás se volvió a saber nada de ella.
Es una de las 30.000 personas desaparecidas durante la dictadura argentina entre 1976 y 1983. Más de 30 años después, Ángela todavía tiene esperanzas de recuperar su cuerpo y darle un entierro digno. Y la ONG Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) lleva un cuarto de siglo trabajando para conseguirlo. Ahora está en España, donde acabó viviendo Ángela. Aquí han hecho un llamamiento a todo aquel, argentino o español, que tenga familiares desaparecidos para tomar muestras de ADN y cotejarlas con los más de 600 cadáveres que han desenterrado y siguen sin identificar. Es una tarea lenta y difícil, pero 300 personas ya han localizado los cuerpos de sus parientes gracias a ellos.
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