GONZALO DE PEDRO - Madrid - 22/03/2008 20:10
Jia Zhang-ke, Raya Martin o Lav Díaz. Directores que desatan tantos insultos, descalificaciones y protestas como admiraciones, intrigas y alabanzas. Pataleos o aplausos. Directores -jovencísimos- que arrasan en los festivales, que vacían las salas o que las llenan de espectadores curiosos e intrigados.
Son los autores del cine walk-in walk-out (entrar y salir, le llaman los expertos) el más difícil de ver, el más rupturista, el más arriesgado, que pocas veces llega a las salas comerciales y que, sin embargo, camina por delante, abriendo nuevas vías sin temor a lo que otros piensen.
En los últimos años, los festivales más importantes del mundo, como Rotterdam, Venecia, Cannes o el Bafici de Buenos Aires han acogido las proyecciones de unas cuantas de esas películas polémicas, apuestas sinceras por un cine libre, diferente, radical y difícilmente accesible. Hace tan sólo unas semanas, el periférico -desde todos los puntos de vista- Festival de Cine de Las Palmas dedicó una sección a analizar la obra de estos nuevos enfants terribles del cine mundial.
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