domingo, 30 de marzo de 2008

Hasta un elefante

Por José Natanson
Las retenciones tienen una lógica económica muy clara. En primer lugar, son una forma rápida de incrementar los ingresos fiscales apoderándose de una rentabilidad que, en el caso argentino, no es resultado sólo del esfuerzo de los productores sino, sobre todo, de la decisión de Beijing de permitir que cada vez más chinos se alimenten. Sirven, además, para desconectar los precios internacionales de los precios internos: como se sabe, uno de los grandes problemas de la economía argentina es que la canasta exportadora se parece demasiado a la de consumo interno, lo cual ha creado un juego de suma cero históricamente muy difícil de romper. En el caso de la soja, aunque se envía casi totalmente al exterior, la lógica es la misma: el aumento de las retenciones apunta a propiciar otros cultivos.

Y no se trata de un invento argentino.

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